martes, 25 de agosto de 2015

Wim Mertens Ensemble - Struggle for Pleasure

Hoy, el perro callejero quiero regalarte esta "Batalla por el placer". Eso quiere él, que nunca dejes de perseguirlo. En cada paso que des, habrá un poco de placer más que en el estado anterior. Eso se llama libertad...

domingo, 28 de junio de 2015

HUMANOS RECURSOS



Cuando en las organizaciones se habla de su gente, de quienes las hacen todos los días,
 se ha hecho costumbre referirse a los recursos humanos.
 Como un insumo más de la actividad productiva. Más aquí en el tiempo,
 tal vez alguna reflexión culposa hacia el individuo, hecho a imagen y semejanza de los dioses, creativo, inteligente, emotivo, único y libre, ha sugerido hablar del Talento,
 como algo que supera al común de los recursos. 

Claro que lo supera, porque no es el recurso empresario que se categoriza como “humano”,
 para imputarlo en los costos, sino que es el más humano de los recursos.
 Y es el que reúne y armoniza a todos los demás,
 ya genéticos, culturales, ambientales, etáreos, etc.

El Talento es un complejo producto, que reconoce sus antecedentes en el “Saber”.
 Quien sabe, dispone de conocimientos, habilidades y destrezas, innatas,
 para destacarse haciendo en un medio social. Es necesario que esas calidades naturales,
 para aplicarse efectivamente, estén integradas con emergentes del siendo personal,
 tales como el equilibrio emocional y el estado espiritual, por ejemplo.

En síntesis, creíste, creímos, que la capacidad personal es la confluencia
 de saber Hacer y saber Ser.

Esa capacidad personal, en un contexto o ambiente favorable, auspicioso, generativo,
 puede elevarse al grado de competencia.













Cuando califico al Talento como un producto complejo,
 me refiero a una nueva síntesis, propia de la vertiginosidad de cambios
 en este tiempo que nos ha tocado compartir. Esta nueva síntesis incluye influencias
 de la competitividad del mercado profesional (laboral, en general),
 la dinámica de la información pública, el desarrollo de la economía de servicios,
 las formas educativas presentes, la cultura de las creencias móviles,
                                                                        los nuevos estándares relacionales-afectivos y la adaptabilidad fisiológica a todo lo anterior….

Entonces, aparecen necesidades de desarrollo o énfasis en la capacidad de liderazgo
 en equipos y personas, de foco en las fortalezas propias y superación de las debilidades,
 de aprendizajes efectivos en cada experiencia para elevar la conciencia
 y responsabilidad personales, de emprendedorismo profesional,
 de protagonismo en procesos de negociación con superiores, dependientes o clientes,
 de gestión de la pérdida para transformarla en oportunidad de crecimiento,
 de gestión de la incertidumbre y administración del recurso del cambio continuo,
 por citar solo algunas demandas posibles en los escenarios actuales.


El Talento es una nueva integración: Virtud + Valores.

El ser humano es una creación magnífica, que nos maravilla cotidianamente
 ante cada nueva revelación que hace la ciencia sobre esta magnífica creación.

Más allá de un evitable juego de palabras, hay una representación del devenir
 del comportamiento humano. El Hombre puede comprender cada vez más sobre sí mismo,
 pero no sobre los alcances de la experiencia de vivir e integrarse en su Talento.
 Eso es la creación humana: la revelación permanente de nuevas posibilidades,
 nacidas de su propia Virtud.




La Virtud es un genérico que refiere a
 “algo bueno, correcto,
 moralmente calificado….”.
 Para no entrar en detalles,
 importa que define una característica
 distintiva, saludable, propia y reconocible
 como un aporte de valor a un espacio social.
 Agrega o pone a disposición
 lo que no había hasta entonces.
 Por ello, es un beneficio para ese espacio.



En el actual contexto social o de las organizaciones (empresas, gobiernos,
 clubes recreativos, ONGs, familias), la Virtud es mucho más que
 una habilidad, destreza o dominio de algún conocimiento particular.

Es la expresión de un individuo presente y activo,
 consciente de sus actos y consecuencias, de lo que interactúa, de lo que crea,
 lo que pide y espera. Es el fruto de una transformación permanente,
 que la Naturaleza dirige, para ubicarlo en un lugar de equilibrio,
 inestable, versátil, pero nuevamente estable en su proyección.
 Ese es el beneficio de la Virtud en este nuevo tiempo.

La Virtud se ve, simple, como lo que “sale fácilmente bien y, por eso mismo,
 da placer hacerlo”. Lo que cada vez es menos simple es la agilidad y sencillez
 de los procesos. Allí es donde la Virtud requiere de los Valores para llegar a destino. 

Nuestra conducta es la manifestación de nuestros Valores en la acción.
 Conviene, a esta altura, proponer que los Valores son las creencias
 que alimentan el circuito de emociones-acciones en los seres vivos.
 Los Valores gobiernan las respuestas emocionales ante los estímulos externos
 y permiten a la Virtud su plena presencia, esencialmente productiva.
















Howard Gardner, el promotor de la teoría de las Inteligencias múltiples,
 ha dejado conceptos valiosos sobre la Intuición.
“Cuando alguien puede hacer algo bien o pensar de forma correcta,
 pero es incapaz de explicar cómo lo consigue, eso es la Intuición.
 La gente puede tener muy buena intuición en un área, pero no en otras.
 Un matemático puede ver claramente la resolución de un problema muy complicado,
 pero no tener ni idea de cómo detener una pelea entre dos niños”.

La Intuición es la puerta que se abre para dejar pasar los Valores a que hagan su trabajo. Pocas evidencias hay sobre la mecánica intuitiva. Baste decir que su efecto, su impacto,
 es indicar por dónde conducirse. Por dónde guiar la Virtud, acompañada de los Valores
que la sustentan más allá de su propia pericia, para relacionarse
 y complementarse en el campo de acción.

La Intuición permite fluir ágilmente a la Virtud y los Valores
 aún bajo situaciones adversas. Constituyen, en conjunto, una fuerza natural
 muy superior a la resistencia de la mezquindad egoísta o de alguna patología,
 restricción o trastorno psicológico.
 Es un impulso creativo, absoluto, que facilita gestar la mejor versión de una persona
 en toda circunstancia, superando cualquier condicionante.


La mejor versión de una persona
 es su Talento.
mejor versión es tu Talento.
 Es la aptitud de tus Virtudes
complementada
 por el equilibrio de tus Valores.
 Gestionarlo eficientemente
 es descubrir esos caracteres,
 preparar un entorno favorable
 a su desarrollo y progreso
 y despejar las situaciones insanas
 que lo condicionen o limiten.





Cuál es tu Talento?.
Lo conoces, ya lo sé... Lo estás utilizando?. Estás enfocado en eso?.
Estás entregando tus Virtudes al mundo?. Y qué hay de tus Valores?.
Cuando te miras al espejo, a quién estás viendo?. Al mismo que estoy viendo yo?.
Quién se está perdiendo los beneficios principales?. Tus beneficios, digo...
Quién se está beneficiando hoy?.
Qué esperas?. Qué necesitas que pase?.
Puedo ayudarte?.




viernes, 20 de febrero de 2015

CONCIENCIA CON CIENCIA


“Todo lo que no aceptamos hacer consciente regresa bajo la forma de destino”
 (Alejandro Jodorowsky)

Las palabras son símbolos de símbolos. Representan cosas que, a su vez,
 son lo que hemos convenido que sean. Antes de eso, para otros seres,
 una piedra tal vez haya sido una “tun tun”, y un tigre, un simple “rrraaauuu”.

Yo creo a la conciencia como el conocimiento que un ser tiene y siente de sí mismo,
 de su condición y de su entorno particular. También hay quienes la refieren
 a la percepción receptiva de los estímulos del interior y el exterior.
 Eres consciente de lo que eres, lo que está siendo,
 lo que te sucede, cómo lo procesas y cómo accionas en consecuencia.
 Todo eso, según la capacidad que hayas desarrollado para estar consciente en ese momento.
 Ante cualquier estímulo externo eliges hacer sólo una cosa y no otras.
 Un minuto después, puedes estar siendo más consciente que un minuto antes,
 por la experiencia y por otras influencias. En tal caso, puedes optar por elegir hacer otra cosa,
 que supere la anterior y sus alcances, o dejar que todo siga igual.
 Más allá de la invalidez del arrepentimiento como recurso útil,
 cuando eres consciente que tus resultados no son los esperados ya estás haciendo otra cosa…
poniendo en marcha otra elección.

A mayor frecuencia de tus momentos conscientes, puedes reconocerte como una persona
 con tendencia consciente. No sé si existe el ser consciente, total,
 pero creo en la recurrencia de los estados conscientes.


La inconciencia, valga la aparente obviedad,
 es la ausencia de conciencia en un momento.
 Actúas automáticamente.
 Pero tiene su fuente en un momento de conciencia anterior,
 cuando una acción quedó registrada en el menú cerebral
 como respuesta a un estímulo externo.
 Esa acción pudo ser propia, única,
 o del clan al que perteneces, cultural y biológicamente.






“La conciencia es el mejor libro moral que tenemos”
 (Blas Pascal).



La evolución científica descubre y sorprende. O sea, sorprende porque descubres
 novedades para tu aprendizaje. Por ejemplo, que la conciencia tiene formas. Qué?.
 Que la conciencia no es una abstracción, una nube, un dibujo en el aire con tus manos
 o un concepto místico. La conciencia tiene vida propia y expresiones.
 Son tus elecciones. Son tus aprendizajes, o sea tu conocimiento hecho acción.

La conciencia es un mecanismo adaptativo al entorno. En su devenir, el sistema nervioso animal desarrolló capacidades para procesar más eficientemente el influjo de señales externas,
 en relación directa con la creciente complejidad de la información que recibe.
 La clave está en tu atención, tu presencia, en muchos sentidos un sinónimo de tu conciencia.
 La atención es un método de manejo de datos, la forma que tiene tu cerebro
 de racionar sus recursos de procesamiento, incluyendo
 dejar espacio para otros recursos, no mentales.

La conciencia es el resultado de la economía evolutiva del cerebro.
 Esto fue privilegiado por la selección natural,
 ya que un conjunto de representaciones
(que incluye al ser consciente), un objeto y el proceso de atención que los vincula correlaciona datos de diferentes dominios
 y habilita un enorme potencial para integrar información,
 ver patrones más amplios y entender la relación entre uno mismo
 y el mundo exterior. El inconsciente aparece en ese caso,
como referente de comparación. Si no encuentras allí tu respuesta,
 vas por un salto consciente hacia un nuevo estadío.

“Tú no eres alguien que es consciente del árbol, del pensamiento,
 del sentimiento o de la experiencia. Tú eres la conciencia
 en la que esas cosas aparecen”
 (Eckhart Tolle).


Te conviertes en una computadora orgánica con la capacidad de cambiar el foco de tu atención
 para procesar otro paquete de información. La evolución no tiene, necesariamente, que tener
 un componente moral o espiritual que se ajuste a los deseos de las narrativas predominantes.
 Al contrario, en el marco de la aptitud biológica, la eficiencia parece regir la naturaleza
 y se vale de sus infinitas posibilidades para crearse y re-crearse continuamente, eternamente.

Tu intuición es la percepción íntima e inmediata del sendero hacia una decisión
 frente a un estímulo externo. Creo que es algo así como el puente
 entre la experiencia dura (inconsciente) y la opción correcta (consciente).
 No quiero dejar a la palabra “correcta” como una síntesis. Amplío en calificativos respecto de la
opción consciente: presente, poderosa, mayor, liberadora, única…
 Cada una se ajusta a una observación diferente.



Tu conciencia se inspira en tu intuición,
 creyendo en su fuente eterna.

“Creo en un dios personal, que es la conciencia:
 a ella es a la que le debemos rendir cuentas cada día”
 (Mario Benedetti).



La neurociencia ha comprobado, midiendo actividad eléctrica, que las mismas áreas del cerebro
 se afectan (idénticamente) cuando un objeto es visto o imaginado, percibido o creado idealmente.
 La acción posterior verificada es la emisión de un pulso eléctrico dirigido hacia un órgano,
determinante de lo que popularmente conoces como emoción.
 Candance Pert, investigadora y profesora de la Universidad de Georgetown, refirió a las células como “hogares de conciencia”, porque allí se concretan las reacciones interatómicas que,
reproducidas a escala mayor, modifican las respuestas orgánicas.

El físico cuántico Ami Gostwami dice que “los átomos no son cosas sino tendencias.
 Energía en movimiento contínuo. Por tanto, es necesario pensarlos como posibilidades”.
 De acuerdo a lo anterior, quién y cómo elige de entre esas posibilidades para que se produzca
 una experiencia actual (consciente)?. La respuesta de la física cuántica es rotunda:
 lo que crees, creas.

La realidad es un número “n” de ondas que conviven en el espacio-tiempo como posibilidades,
 hasta que una se convierte en real: eso será lo que vivas. Somos nosotros, tú y yo, quienes
 nos ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos
 (“tú no puedes”, “yo sí puedo”) de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física moderna nos dice
 que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades-ondas),
 en tanto seamos conscientes de eso.

Greg Braden, relata que los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la que, dicen,
 perteneció Jesucristo) tenían una manera de orar muy diferente a la actual.
 En su libro “El efecto Isaías: descodificando la perdida ciencia de la oración y la plegaria”,
 Braden asegura que su manera de orar era muy diferente a la que los cristianos adoptarían después.
En lugar de pedir a Dios “algo”, los esenios visualizaban que aquello que pedían
 ya se había cumplido, incluyendo sus sensaciones asociadas.
 En el Evangelio según San Marcos, puedes ver:
 “Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis,
 creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas” (Marcos 11:24-26).



Diversos experimentos han concluido
 en modificaciones del ADN de especies estudiadas en laboratorio ante estímulos exteriores.
 Tales mutaciones, consecuencia de prácticas
 no naturales inducidas, se han mantenido
 en generaciones sucesivas y explican comportamientos inconscientes, no existentes previamente a esas experiencias.



William James y Vilas, profesor de Psicología y Psiquiatría de la Universidad de Wisconsin,
 encabezó un estudio que investigó los efectos de un día de práctica intensiva de la atención
 en un grupo de meditadores experimentados. Después de ocho horas de práctica de la atención,
 los meditadores mostraron una gama de diferencias genéticas y moleculares.
 "Hasta donde llega nuestro conocimiento, este es el primer documento que muestra alteraciones rápidas en la expresión génica en temas relacionados con la práctica de la meditación consciente.
 Lo más interesante, es que se observaron los cambios en los genes que son los objetivos actuales
 de los fármacos analgésicos anti-inflamatorios".
 El estudio fue publicado en el Diario Psychoneuroendocrinology.

Bruce Lipton, en su libro “La biología de la creencia”, afirma que “la función de la mente es crear coherencia entre nuestras creencias y la realidad que experimentamos….
 Lo que esto significa es que tu mente ajustará a la biología y al comportamiento del cuerpo
 para encajar con sus creencias. Si te han dicho que te vas a morir en seis meses y tu mente lo cree,
 lo más probable es que morirás en seis meses. Eso se llama el efecto “nocebo”,
 el resultado de un pensamiento negativo, que es lo contrario del efecto placebo,
 donde la curación es mediada por un pensamiento positivo. Ahora ¿qué pasa con la parte que no quiere morir, la mente consciente?. ¿No afecta a la química del cuerpo para revertirlo?.
 Todo se reduce a cómo la mente subconsciente, que contiene nuestras creencias más profundas,
 se haya programado. Las personas han sido programadas para creer que son víctimas
 y que no tienen ningún control”. En la conciencia están las posibilidades de sanación.
 Están las elecciones vitales.


La Programación Neurolingüística (PNL)
ha puesto  en modelos todas estas investigaciones. Esto es, aplicando formatos comunicativos
 conscientes para influir en la mecánica cerebral.


“Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz,
 sino haciendo consciente su oscuridad”
 (Carl Jung).


La ciencia avanza sobre la conciencia. La descubre y explica. Allí está su límite.
No es nuestro caso. Tú y yo somos seres conscientes. Creadores de conciencia.
 Nosotros hacemos consciencia, cuando elegimos actuar como sentimos.
 Nada ni nadie nos condiciona esa libertad.
Nada ni nadie nos impide esa posibilidad.

De qué estás siendo consciente ahora?. Para qué te está pasando lo que te pasa?.
 Te escuchas?. Qué escuchas?. A quién estás escuchando?.  Qué aprendes de eso?.
 Qué haces con eso?. Qué vas a hacer con eso?.
 Seguirás mirando en la platea la película de tu destino?. 


martes, 30 de diciembre de 2014

2015 FELIZ

Fin de otro año. Y que lo que viene sea feliz.
Yo, perro callejero, te quiero recordar que nada "es" feliz sin tu consentimiento.
Y te quiero dejar algunas sugerencias, que creo es lo más útil para llevarse de éste
 al próximo año.

A mi manera, brindo porque sigamos juntos.
Gracias por acompañarnos.


Juega. Nada es tan serio. Ni tú.













Ocupa el lugar que elijas. Donde seas tú.


Ve por lo que creas tuyo. Ahí está tu compromiso.













Observa. Atento, antes de hacer nada.
                                         







Siente tu cuerpo. Sabe más que tú.


Deja que te acaricien. Y acaricia.

Camina. Construye tu historia y tu memoria.



Mira con Amor a todo lo que te rodea. Eres parte de eso. Es tuyo.

Sé FELIZ, y 2015 será FELIZ.






jueves, 4 de diciembre de 2014

EL LIBERTAZGO


Hace ruido un árbol que cae en medio del bosque?.

El árbol emite ondas sonoras. Las ondas sonoras, como las ondas de radio
  (en realidad las ondas energéticas de todo tipo), necesitan ser captadas por un receptor.
 Hay muchas ondas de radio que inundan esa habitación en este momento,
 pero no hay sonido porque no hay un receptor sintonizado con ellas.
 El oído humano y el animal son receptores. Si un árbol cae en medio del bosque,
 y no hay nadie allí para oírlo, no hace ningún ruido. El sonido no es sonido hasta que lo oyes,
 del mismo modo que la onda energética no parece materia hasta que la ves o la tocas.

Esta idea está bien expresada en los modelos de la física cuántica
 La física newtoniana sostiene que los objetos son reales, que son externos a ti
 y llevan una existencia separada. La física cuántica demuestra que esto no es verdad.
 El universo no es lo que asumes que es. Tu mundo no es lo que es, sino lo que ves.
 Tu vida no es lo que te pasa, sino lo que haces con eso. Mejor dicho, Tu Vida.

Todo lo que parece existir es pensamiento inseparable. Cuando observas algo,
 se produce un cambio a nivel subatómico. Todo está en tu mente, incluyendo tu propio cuerpo.

Cuántas veces te dije ya que escuches a tu intención?.
 Como el árbol en el bosque, ella emite ondas. Quién las recibe?.

Recibes señales todo el tiempo. En un primer estado sensible, crees poder separar
 señales externas de internas. Lo que lees de afuera y lo que te dice una voz interior.
 Lo que percibes y lo que sabes que sientes. No hay tal diferencia. Lo que te llega,
 de donde venga, es información de tu propia vida. Mejor dicho, de Tu Vida, la grande,
 la que está en tu esencia vivir. Son las guías que te propone alguien que sabe de ti
 más que tú mismo y que las pone delante tuyo para que no vayas por otro lado.
 Y vas para otro lado…

Cuanto más te alejas de esas señales,
 cuanto menos sensible eres a esos llamados,
 cuanto más rutinario se te hace atender
 a otros ruidos, menos vives Tu Vida.
 Hasta que en algún momento,
 empiezas a ver luces fuertes,
 como si fueras por una avenida
 en contramano. Y sientes golpes,
 como si chocaras en esa avenida,
 yendo en contramano.
 Qué les pasa a estos,
 no ven que van en sentido equivocado?.
 No hay quien ponga orden
 en este lugar…?????.



Nadie pone orden. Empiezas a ponerlo tú. Y empiezas por ti.
 Cargando esa espalda de culpas por lo que “te has equivocado”, por lo que has elegido “mal”,
 por lo que te han “maltratado” (o no tratado “como mereces”),
 porque has dejado tu vida “postergada” por otros, porque te han “usado”,
 porque no has estudiado lo que “hubieras querido”, no has hecho “carrera”,
 no encuentras “sentido”, estás “triste”, y más…. 
Esperas que el año nuevo cambie el aire de tus pulmones?.

La culpa que sientes es la diferencia entre lo que percibes de ti y lo que eres.
 Tu vida y Tu Vida, enfrentadas.

Todas las culpas que te cargas son las veces que no te escuchaste,
 y elegiste y decidiste con plenitud de responsabilidad en ese momento.
 Con los recursos que disponías en ese momento
 y con la información que quisiste usar de toda la que contabas.
 Entendiendo que había consecuencias por eso, pudiste imaginarlas todas brillantes
 o esconderlas debajo de la alfombra, si tenías dudas y preferías dejarte llevar
 por dulces y ajenos motivos. También esto fue tu decisión.
















Pero este ser que eres es tan maravilloso y tan poderoso que puede recrearse.
 Basta con re-creerse.

Cuando quieres algo, en el rubro que sea, entrégalo a tu intuición.
 Dale la oportunidad a Tu Yo que te responda.
 Si eso que quieres califica en Tu Vida, lo desearás.
 Paso siguiente, imaginarás tu mundo con “eso” que deseas adentro.
 Lo que imaginas es la síntesis de lo que piensas y lo que sientes íntimamente, muy tuyo.
 Esa conexión es la vía por donde se disparan las acciones, tuyas y del entorno,
 que concretarán tu deseo. Crearás lo que imaginas. 
No es magia, no es casualidad, no es milagroso.
 Es Tu Vida, haciéndose presente en tu vida.


Esto es un aprendizaje.
 Como sucede en estos casos,
 requiere de prácticas intensas
 hasta generar hábitos y destrezas en ellas. Ejercitarse. Experimentar.
 Tu intuición habla en el silencio.
 O a través de tu cuerpo, utilizando
 otros cuerpos, en medio de una noche de disco, mientras manejas tu auto, cuando duermes,
 cuando abrazas, cuando lloras, cuando enfermas… cuando necesita hacerlo.


Tu intuición es quien corre los límites de tu conciencia. Más intuyes,
 más consciente eres de tus actos. Más dueño de cada decisión. Tan responsable como antes,
 pero con más recursos para decidir. Más libre para elegir.
 No es eso lo que te has reclamado tanto tiempo?. No es esa tu mayor culpa?.


Escucharte libera, porque estás en este lugar
 para superar cada batalla cotidiana.
 No a otros, sino a tu propia construcción enemiga. Superar todo lo que has puesto en tu camino
 y que no es tuyo. Lo sacas solo con reconocerlo
 en esa condición de ajeno, extraño.
 No te detengas en los dolores de la “pérdida”,
 en la incertidumbre de “cómo será después”.
 No estás perdiendo nada, no hay después.
 Hay otra cosa.


 No importa si te diste cuenta recién hoy. 
Ganas todo para delante. Liberas energías para tu próxima batalla.

Así, empiezas a re-escribir tu novela. La historia de un líder que movilizó a su propia libertad
 y contagió paz, amor y salud a su alrededor. Suena entusiasmante, si?.
 Imagino un éxito de ventas. Hasta imagino el título de tu novela: EL LIBERTAZGO.
 Si alguien te pregunta, no le digas que es el liderazgo de tu libertad.
 Que cada uno le ponga su título…


lunes, 3 de noviembre de 2014

LA HUMANADA

El Orden natural está presente en cada momento de tu vida.
 Vives en y de acuerdo a una programación, que no maneja tus movimientos
 sino que los armoniza con el resto de la vida, hasta donde imagines que hay vida,
 materia o energía. O registros de existencia de algún tipo de movimiento.

De tan natural es imperceptible, hasta que te detienes a observarlo. Aún en su rutina,
 no pierde intensidad o capacidad de impacto. Ni se aleja de su rol como organizador del caos,
 esa aparente incerteza que alienta la creación permanente.
 Su función única y eterna es facilitar las condiciones para su continuidad.
 La continuidad y trascendencia de la vida, cualquiera sea ésta.
 En su acontecer complejo y simple, a la vez,
 se descubren los alcances de una inteligencia mayor, exquisita,
 que gobierna las macros y los detalles con la misma presencia y autoridad.
 Seducen sus argumentos porque llegan donde no existen barreras, superándolas.
 Y por las formas que toma. Invita antes que convencer. Es, antes que explicarse.
 Está presente, íntegra. Vives ahí, en un diálogo profundo y confluyente.
 Eliges crear y creas en ese entorno.

Es una inteligencia que comprende a la Vida. Es la Vida.




El Hombre, de tanto vivirla, sintió curiosidad por ella y decidió imitarla, a su manera.
 La inteligencia artificial, creada por el Hombre en honor y tributo
 a esa misma esencia creadora, está desafiando, irreverente, al paradigma de la Creación.
 Fue pensada para agilizar procesos rutinarios, repetitivos,
 para minimizar riesgos y maximizar rendimientos de recursos y retornos,
 para ir hacia el corazón de su sistema, estar cada vez más cerca de su razón y ser,
 explicarlo, complicarlo y hasta replicarlo; pero, también, para organizar
 a la caótica desorganización humana en una supra inteligencia,
 que reproduce y niega, a la vez, a la inteligencia superior.

El conocimiento avanza descubriendo los porqués de la vida y negando los paraqués.

La inteligencia artificial es, entonces, un camino hacia atrás, pero no hacia las fuentes.
 Se justifica en todo momento en la búsqueda de encontrar lo que ya es. Pequeña gloria
 que ningún dios entiende. La inteligencia del sistema grande, la Verdad, crea en todo momento
 y no necesita explicar-se. Está a la vista de quien quiera verla. Mejor, contemplarla.












El bastón no es simplemente una herramienta que le ayuda al usuario a mejorar su estabilidad,
 sino una genuina incorporación cognitiva y corporizada que resulta en la creación de un nuevo circuito distribuido entre el agente y el mundo. La plasticidad neuronal modifica y actualiza
 el esquema mental del cuerpo del usuario del bastón, desempeñando un papel central
 en el proceso completo de incorporación cognitiva del mismo. Es importante señalar
 que esta continua negociación y re-negociación de los límites entre el cerebro, el cuerpo,
 el bastón (considerado un artefacto cultural) y el mundo
 está siempre determinada por un comportamiento estratégico,
 focalizado en la resolución de un problema (p. ej., trasladarse de un sitio a otro).
 Por esta razón, Andy Clark (co-autor de la Teoría de la Mente Extendida)
 sostiene que ciertos artefactos culturales (p.ej., bastón para invidentes, lápiz y papel
 para resolver operaciones matemáticas, agendas, mapas, etc.) y dispositivos tecnológicos
 (p.ej., desde los interfaces cerebro-ordenador hasta los iPhones, Blackberries, etc.)
 trascienden su funcionalidad básica como herramientas
 que simplemente aumentan las capacidades humanas.

La tecnología, desde que el Hombre le dio
 un nuevo uso a un tronco de árbol cortado
 o a una piedra, es una extensión artificiosa
 de su inteligencia natural.
 El deseo de vincularse de manera
 más poderosa con su entorno
 promovió progresivos desarrollos, complementarios a sus recursos básicos.
 Acompañó ese devenir sin culpas,
 porque no había desencuentros
 en sus desafíos de superar condiciones.
 Por años, empujó límites y fronteras.
 Hasta que un hombre identificó su límite
 en un semejante y quiso eliminarlo.

Fueron otros por la misma idea. El Hombre cedió su poder, así, a algunos hombres.
 Y éstos hicieron del Hombre, un museo.

La inteligencia artificial busca a diario ser reconocida como un modelo sustentable,
 que tiene muchas virtudes y comodidades. Entre ellas, acceder-te como invitado
 a un mundo amable y auspicioso. Allí está nuestra información,
 disponible a un click de distancia. La verdad nuestra es, ahora, una verdad bajo custodia.
 A un click de distancia, si. Mientras haya click.

El nuevo orden, artificialmente explicado, es cada vez más virtual. Omnipresente y eterno.
 Confiable e inteligente. Allí se traslada el día a día, virtualmente. Tu día y el mío.
 Si hasta encuentras explicaciones de cómo manejar tus emociones, leyendo una pantalla.
 Y cómo se hace eso, aquí?. Cómo hago para que la nube esté en mi cuerpo
 y entienda lo que siento?. Cómo explica, este orden, que genera personas cada vez más
 útiles y funcionales a la inutilidad y la disfuncionalidad humanas?.
 Qué les pasa a esos cuerpos jóvenes, y no tanto, que nacieron en la inteligencia artificial,
 cuando les habla la otra inteligencia, la que nunca pierde su energía?.

Es una inteligencia que no comprende a la Vida. NO es la Vida.

















Ahora, tienes en casa todo lo que antes requería de interacciones físicas externas a ella.
 El mercado, el cine, el estadio, la iglesia, el trabajo, el gobierno
 y hasta algunas formas de amor desfilan por tus aparatos electrónicos.
 Importa más el registro que la vivencia:
 lo que no está digitalizado corre con desventaja de ser poco creíble.
 Al decir de Anderson, “hay más creyentes que poseedores de fe”.
 Cambia la creencia, cambian los creyentes. Qué cambia?. Qué queda?.
 Humanoides, cada vez menos humanos?. La humanada. La manada humana.
 Inteligentemente artificial. Artificialmente amañada. Humanamente...
 Un nuevo orden, artificialmente humano


















No se trata, creo, de negar o negarse. A cada momento hay una oportunidad
 para un aprendizaje consciente. Una revisión, una reparación o una nueva síntesis.
 Para eso eres un ser inteligente. Doblemente.
 Lo que traes más lo que tomas te hacen poderoso.
 Único.

Qué sabes de tu inteligencia emocional?. A quién pides ayuda cuando necesitas?.
 Quién te responde?. A quién escuchas…?. Cuánta vida hay en tus artificios?. Y al revés?.
 Qué programas llevan tus pasos?. Qué manejas de eso?.
 Te puedes imaginar un ser libre y socialmente tecnológico, ambos en tu cuerpo?.

miércoles, 8 de octubre de 2014

De ilusiones también se vive (y se muere despacito)


"Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia como si ya fuera ceniza en la memoria..."
 (J. L. Borges)

El vino te ayudará a comprender que el pasado es ceniza en tu memoria.
Sólo permanece aquí porque tu presente le hace lugar. Es una de tus ilusiones.

Si alguna vez estuviste en una situación límite, que te demandó una respuesta precisa e inmediata,
en la que cada instante fue un capítulo, estuviste en plena consciencia del momento “ahora”.
 Te concentraste en la administración eficaz de tus recursos
 y en tomar las decisiones con que superaste la emergencia.
 En una fracción de segundo, gestionaste una compleja provisión:
 atención, observación, evaluación, cálculo, diseño, preparación, coordinación y acción.
 Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es tu única opción.

En ese escenario temporal, no sirvió de nada tu pasado. No estuvo presente.
 Porque no hubo lugar (tiempo) para que dialogue contigo, con tu mente.
 Si lo hubiera habido, probablemente, su influencia habría cambiado alguna o algunas
 de tus decisiones, menguando tu poder. Te habrías entorpecido.

El pasado solo existe cuando desprecias
 el encantador poder del “ahora”.
 Entonces, ingenuamente, abres las puertas
 para que tomen tu control diversas formas de culpas, amarguras, resentimientos, tristezas, quejas, lamentos, dolores, sihubieras… en fin, un cóctel insano que corroe
 tu calidad humana. Y complica tu presente. Tu “ahora”.

Más allá de las situaciones límites, eso te pasa todo el tiempo.


El pasado está presente en tu vida con tu consentimiento.
 Recordándote que hiciste mal muchas cosas, que te has equivocado y puedes repetirlo,
 que por ello hay culpas que pagar (todavía), que no debes olvidarte de las pérdidas
 materiales ni afectivas, que eres injusto, que tienes una actitud incorrecta, que has lastimado,
 que pudiste haber hecho otras elecciones, que dejaste pasar con pena y sin gloria
 muchas oportunidades para cambiar de suerte, que hay cosas que no son para ti
 (porque siempre fue así), que tu experiencia te aconseja no meterte en determinados lugares
 porque te comprometes y después es difícil salirse, que tienes motivos para quejarte
 y puedes sostenerlos, que callaste y estás arrepentido, que debes sufrir en silencio
 para no hacer daño a otros, que cuando no arriesgaste no ganaste y te lo reprocharon,
 pero otras veces arriesgaste y te salió mal la jugada …

O que ves cómo progresó tu vecino o tu hermano y eso te obliga a buscar explicaciones.
 Que no has estado con tus hijos lo suficiente, que no hablaste alguna cosa con tu padre
 o tu abuela ya muertos, que si te hubieras puesto de novia con aquel chico tu vida sería mejor,
 que si no hubieras fumado tanto tiempo, que por qué no estudiaste aquello otro....
 En fin… entras en alguna de estas categorías ?. En cuántas….????.


Tu ahora es tanto más poderoso en relación directa a cuanto menos influya
 sobre esta actualidad tu pasado. Ya no se trata sólo de situaciones límites; cotidianamente,
 lo que atiendas a tu pasado estás desatendiendo a tu presente.
 No hay dos tiempos ni dos vidas paralelas para ensayar.
 Uno excluye al otro en lo que hagas y eso tiene expresiones muy claras
 en cuan directo o laberíntico sea tu camino.

El pasado en el presente es una ilusión.
Vives con la ilusión de poder cambiar algo hacia atrás.
Y no te permites fluir, entregarte a tu potencia natural,
para que tus capacidades hagan, libres, buscando ponerte en el lugar que este mundo te necesita.

De manera más general, la incapacidad de aceptar y aceptarte en tu dimensión presente,
 genera crecientes trastornos psicológicos y, más tarde, físicos. Se complica la fluidez vital
 de tu organismo, que comienza a darte signos de las restricciones a su funcionamiento natural.
 Surge una compulsión inconsciente, defensiva, que pretende cubrirse (cubrirte) del mundo externo
 y sus influencias. Es el nacimiento de tus juicios. Las interpretaciones y las percepciones
 conducen todas para el mismo norte, que es asegurarte la supervivencia en un medio hostil.

 Ese sistema se alimenta continuamente mordiendo su propia cola.
 Su prolificidad es envidiable: nacen miedos todos los días. Creas una falsa identidad.
 Tu mundo externo empieza a teñirse de grises y sombras. Acechan los riesgos.
 Aumentan tus prevenciones. Tus relaciones se enferman o son asépticas, en precaución.
 Tu cuerpo pesa cada vez más y se restringen tus libertades de movimiento.
 La paranoia te espera en la próxima estación.

No puedes evitar que sucedan cosas, pero sí puedes elegir qué hacer cuando esas cosas suceden.
De hecho, lo haces siempre, Acepta que es así. Prueba de prestarle atención.
Cuando aceptas que el pasado no puede ser modificado,
 baja notablemente el quantum de estrés que aquello produjo.
 Y, lo más importante, puedes controlar tus re-acciones y proyecciones hacían terceros.
 Allí puedes dedicar todos tus recursos a fluir con la situación hasta que se resuelva naturalmente.
Y así sucede.

Enfocarte sólo y totalmente en eso, sin dialogar con nadie más que con tu enorme capacidad
 para encontrar respuestas en tu ahora.
Qué hacer ahora con lo que estás sintiendo ahora.
Eso es la vida.













Eliges todo el tiempo.
 Ahora lo estás haciendo. Porque sólo puedes hacer en el presente.

Un viejo proverbio hindú reza: mono viejo no mete la mano en la cumbuca.
 En la India, los cazadores abren un pequeño agujero en un coco, colocan una banana adentro
 y se esconden. El mono se acerca, toma la banana, pero no consigue sacarla,
 porque su mano cerrada no pasa por la abertura. En lugar de dejar la fruta, el mono se queda allí luchando contra lo imposible, hasta que es fácilmente atrapado.
 Concluyendo, digamos que se entrega abrazado a su pasado…

Los monos nos precedieron. Quieres volver allí?.